
«Sonata de un otoño vestido de luz. Sonata de un otoño que el mañana recibe. Ahora, mis sueños atienden a los colores de la hoja caída y a la textura de la flor marchita del paraíso cuando me aproximo a cogerla por la mañana. ¿Por qué escribo esto? Para no desfallecer. Escribo para no ser comprendida; escribo para desprenderme de mis gafas, como cuando no deseo ver. Porque veo demasiado, y eso duele. Duele mucho. ¡Oh, mi herida sensibilidad, no desfallezcas en esta cruel sociedad de fisuras en el alma y falsos corazones!».